Sigo con el ritual de poner migas en mi balcón. No sé muy bien quién ha acostumbrado a quién...creo que los pájaros son los que me han enseñado a no faltar para su ratito de almuerzo. Si me distraigo con la hora ellos empiezan a esperar revoloteando. Y siempre es Mitón quién vigila que la cosa no se desmadre...
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