Y llegó otra vez el Día del Padre.
Este año tampoco es festivo pero en el taller cada niño ha trabajado muy bien para que el regalo, en si, sea una fiesta de sonrisa para su papá.
Así que cada uno ha dibujado un retrato del padre y lo hemos convertido en un adorno mimoso para bolígrafo, lápiz, pluma... o lo que él quiera utilizar.
El resultado es este bonito ramillete de papis.