Es evidente que en el alma, y en cualquier parte, las ausencias pueden llegar a ser más nítidas que las presencias.
Aunque sólo sean ya un dibujo en una superficie y aunque ya no merezcan ni la pena.
Aunque la realidad tenga cuerpo y hasta color.
Ojalá fuera fácil elegir lo que debe importarnos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
comentarios