Hoy ha sido otro día bonito, vestido de otoño y de sol.
Olía a tarde limpia.
El Duero venía tranquilo y seguía su paso sin pausa hacia Oporto.
Y allí estaban las ocas disfrutando, también, de la tarde en esta orilla frente a la Catedral. Muy atentas, como si una explicara y todas las demás escucharan para aprender.
Sonreí y seguí con mi perra Elca nuestro paseo sin prisa junto al Duero.
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