Mi ángel de la guarda es un tipo genial. Sé que existe porque a veces le he dado mucho trabajo. Otros días los ha tenido demasiado tranquilos. Pero siempre ha estado ahí. Con su sonrisa, con su cierta chulería, con su humor y con su cuidado. Me mima. Y se ha ido haciendo mayor, como yo. Aunque él siempre tuvo unos añitos más para saber cuidar bien de mi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
comentarios